martes, 29 de enero de 2008

DIOS RESPONDE A NUESTRAS EXCUSAS

Tú dices: Estoy demasiado cansado. Dios dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (Mat. 11:28-30).

Tú dices: Nadie me quiere. Dios dice: Te amo. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn. 3:16). Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros (Jn. 13:34).

Tú dices: No puedo continuar. Dios dice: Mi gracia es suficiente y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo (2 Cor. 12:9).

Tú dices: No sé cual camino tomar. Dios dice: Yo puedo dirigir tus pasos. Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas (Prov. 3:5-6).

Tú dices: No lo puedo hacer. Dios dice: Todo lo puedes en mí. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).

Tú dices: No es posible. Dios dice: ¿Hay algo imposible para mí? He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? (Jer. 32:17).

Tú dices: No vale la pena. Dios dice: Todas las cosas nos ayudan a bien. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom. 8:28).

Tú dices: No puedo perdonarme a mí mismo. Dios dice: ¡Te perdono! Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn. 1:9).

Tú dices: No puedo proveer para mi familia. Dios dice: Yo supliré todo lo que falta. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).

Tú dices: Tengo miedo. Dios dice: No te he dado espíritu de temor. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Tim. 1:7).

Tú dices: Siempre estoy preocupado y frustrado. Dios dice: Echad tus ansiedades sobre mí. Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros (1 Ped. 5:7).

… ¡Ánimo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy motivacional una especie de decalogo que hay que tener como cristiano.
Saludos

Anónimo dijo...

Varo, muchas gracias por tu visita. Me gustó mucho tu blog, especialmente la entrada acerca de "Chicas Cristianas Wars".
Bendiciones