sábado, 30 de mayo de 2020

LAS REUNIONES VIRTUALES DE LAS IGLESIAS EN ESTA ÉPOCA DEL COVID-19, TAMBIÉN HAN PUESTO A PRUEBA LA VERDADERA IDENTIDAD DE MUCHOS QUE DECÍAN SER CRISTIANOS.

Ciertamente hay mucha tela qué cortar en este tema. Mientras por un lado debemos reconocer que ha habido un notable esfuerzo de doble milla extra en muchos pastores que no estábamos acostumbrados a usar el streaming para predicar, enseñar y discipular, por otro lado ha quedado claro que muchos pastores tenían un concepto erróneo sobre la pastoral (sabiendo que pastorear es más que una buena homilía o un buen intento de predicar) y que muchos miembros también tenían un concepto equivocado sobre qué es la iglesia, lo cual se ha notado en la excesiva ausencia de los miembros en los servicios virtuales de sus propias congregaciones. Yo lo he observado recientemente como pastor y estoy muy impresionado de cómo algunos miembros han ocultado en esta época de crisis y de retos para la iglesia sus convicciones, su amor y su lealtad respecto a la iglesia local que durante mucho tiempo les ha dado su alimento espiritual.

Creo que aún cuando muchos pastores han tenido muchas limitaciones bíblicas, teológicas y ministeriales, o errores prácticos o mala actitud para ejercer su influencia de liderazgo en sus feligreses antes de la pandemia, esta crisis también ha venido a desenmascarar a muchos seudo miembros que sólo han escuchado la Palabra sin practicarla, engañándose a sí mismos (Santiago 1:22) y poniendo en perspectiva su verdadera identidad cristiana al ser fieles a sus congregaciones sólo en tiempos de brillantez y de bonanza y no en tiempos de crisis.

Al fin y al cabo, por supuesto, está pandemia global ha sido usada por Dios para recordarnos dos cosas importantes: Que el mandato de hacer discípulos debe realizarse al estilo de Jesús, no sólo con un buen sermón, buenos programas, o un buen tiempo virtual; y que las crisis pondrán a prueba al verdadero pueblo de Dios como un remanente fiel que demostrará de qué tipo de madera está hecha su cruz. Así, pues, para pastorear necesitamos invertir tiempo en las personas de manera personal, con o sin pandemias en frente de nosotros, enseñando la Palabra del reino de Dios mientras caminamos entre las personas y nos exponemos a las enfermedades de este mundo para que Jesús las sane a través nuestro. Pero para ser miembros genuinos de la iglesia se necesita también seguir a Jesús de verdad, viviendo con fe y valentía la Palabra que escuchamos, demostrando fidelidad a Dios y a los líderes que nos dirigen en nombre de Él, siendo el cuerpo de Cristo en las buenas y en las malas.

Al hacer el justo balance, habremos de aplaudir a todos esos esmerados, esforzados y valientes pastores y líderes cristianos que aún con muchas limitantes de diversas índoles siguen al frente llevando el alimento espiritual con constancia a pesar de esta severa crisis mundial; y felicitamos al fiel remanente de la iglesia que con entusiasmo da click a los links de Facebook Live, Youtube o Zoom para continuar edificándose en tiempos de pandemia, valorando el amor y el esfuerzo de sus pastores. Asimismo, exhortamos al cristiano frío, apagado, de doble ánimo, temeroso de las circunstancias adversas, alejado de la gracia de Dios y del cuerpo de Cristo en tiempos de crisis, a que considere que las pruebas desarrollan el carácter de Cristo en nosotros y nos permiten gloriarnos en las tribulaciones (Romanos 5:3-5), sabiendo que cuando se permanece firme como miembro de la iglesia en medio las dificultades seremos recompensados por Dios con la corona de vida que Él ha prometido a los que le aman (Santiago 1:2-4, 12); y que comprenda que la victoria sólo se obtiene después de tiempos de prueba, razón por la cual no debemos apartarnos ni de Cristo ni Su iglesia.

Ser cristiano es un ejercicio para toda la vida, ya sea en días soleados o nublados. Y es un privilegio formar parte de la comunidad de la iglesia, la cual en unidad testifica de Cristo y Su reino en tiempos de profunda adversidad, mientras anuncia el glorioso retorno de Él.

miércoles, 20 de mayo de 2020

20 Características Éticas Neo-Testamentarias que Hacen que el Reino de Dios sea Distinto y OPUESTO a Cualquier Otro Tipo Reino Terrenal



La ética del Nuevo Testamento es totalmente distinta y OPUESTA a la práctica de las iglesias de la actualidad que se dejan llevar por la corriente posmoderna de grandeza y opulencia, al ajustar su manera de pensar y su praxis al esquema de los reinados terrenales y no al esquema del reinado de Jesús. Notemos que, en oposición a los reinos terrenales, en el Reino de Dios:

1)  Los pobres serán ricos y los ricos serán pobres, Lc. 6:20-26


2) El que viola la ley y los menos dignos pueden ser salvos, Mt. 21:31-32


3) Los que se humillan serán exaltados, 1 Pe. 5:5-6


4) Los que se exaltan serán humillados, Lc. 18:14


5) Los ciegos recibirán la vista, Jn. 9:39


6) Los que dicen que ven quedarán ciegos, Jn. 9:40-41


7) Experimentamos la libertad cuando nos volvemos esclavos de Cristo, Ro. 12:1-2


8) Dios ha escogido a los que el mundo considera ridículos para avergonzar a los que se creen sabios, 1 Co. 1:27


9) Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a los fuertes, 1 Co. 1:27


10) Dios ha escogido lo vil y lo menospreciado para deshacer las cosas que son, 1 Co. 1:28


11) Obtenemos el mundo del porvenir, al perder el mundo actual, 1 Ti. 6:7


12) Si amas esta vida, la perderás; odia esta vida y obtendrás una mejor en la eternidad, Jn. 12:25


13) Llegas a ser el más grande de todos al ser el siervo de ellos, Mt. 10:42-45


14) Al hacer tesoros aquí, nos privamos del galardón celestial, Mt. 6:19


15) Al hacer tesoros en lo alto, obtenemos la riqueza del Cielo, Mt. 6:20


16) Te liberas de toda reputación terrenal para ganar el favor celestial, Flp. 3:3-7

17) Los primeros serán últimos y los últimos serán primeros, Mc. 9:35


18) La gracia de Jesús se perfecciona en tu debilidad, no en tu fortaleza, 2 Co. 12:9


19) Es mejor dar que recibir, Hch. 20:35

20) Da todo lo que tengas para que puedas recibir lo mejor de Dios, Lc. 6:38


El hecho de que formes parte del reino de Dios implica que debes pensar y vivir de acuerdo a dicho reino, el cual es absolutamente distinto a los reinos de este mundo. El reino de Jesús, mostrado y evidenciado en el Nuevo Testamento, es totalmente OPUESTO a cualquier otro tipo de reinado terrenal. En el reino de Jesús las cosas son radicalmente distintas y opuestas a como nos las imaginábamos o como deseábamos que fueran. Si nuestro punto de comparación para pensar y actuar se basa en un reinado terrenal y no en el reinado de Jesús, vamos por el camino equivocado. 

viernes, 15 de mayo de 2020

LUCHANDO CONTRA EL COVID19 MIENTRAS ACTIVAMOS LA ECONOMÍA

Con cautela pero con la certeza de que algo
nos puede enseñar la Biblia para continuar siendo laboriosos en medio de la adversidad, como cristiano y pastor dejo aquí algunas ideas que bien podrían servirnos en esta época de pandemia global con respecto a la reactivación de la economía. 

El Apóstol Pablo, en medio de las tremendas adversidades políticas, sociales, religiosas y de salud que enfrentó en el primer siglo, trabajaba arduamente para sostenerse como misionero y para ayudar a otros. Pablo decía: “Ustedes saben bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros” (Hechos 20:34). Además, agregaba Pablo: “Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesus: «Hay más dicha en dar que en recibir»” (Hechos 20:35).

Esta claro que en medio de la crisis el apóstol Pablo trabajaba. Y con todo, ayudaba a los más necesitados. La economía siempre debe estar activa porque de ella se genera el bienestar individual y colectivo. El endeudamiento del Estado a costa de la ayuda social, es un error en un escenario de calamidad. Cuanto más grande sea la crisis, más fuertemente debemos trabajar, a pesar de los riesgos humanos que eso conlleve. Aunque ciertamente muchas veces Pablo recibía ayuda financiera en forma de ofrendas para sostenerse (Romanos 15:24; Filipenses 4:15-16), es cierto también que en un contexto de pestes, persecución, encarcelamientos, hambre y escasez, entre otras cosas, él nunca dejó de trabajar, sacando a flote su economía y la economía de otros (Hechos 18:2-3; 20:34; 1 Corintios 4:12; 2 Corintios 11:7).

Es importante que continuemos con los severos protocolos para evitar más contagios de Covid19 en este tiempo, pero habremos de aprender a convivir y sobrevivir con valentía ante esta pandemia, tal como Pablo y la esforzada y sufrida iglesia primitiva lo hicieron. Así, pues, tenemos que quedarnos en casa mientras no sea necesario salir, cuidando a la población escolar, a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables. Pero si el sustento diario de la familia es una necesidad vital que debe cubrirse, la cual no puede ser satisfecha por las arcas vacías de un Estado coptado, entonces tenemos que trabajar duro, activando la economía, mientras aumentamos nuestras normas de prevención contra el Coronavirus y hacemos valer nuestra plena confianza en nuestro buen Dios, quien es nuestro amparo, nuestra fortaleza y nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Salmos 46:1).

Oremos para que nuestro Presidente y nuestras autoridades comprendan que mientras luchamos todos juntos contra el Covid-19 acatando todas las disposiciones del gobierno ante esta crisis, simultáneamente debemos activar la economía con valentía y sacrificio usando todos los protocolos necesarios de prevención. No habrá otra forma de salir adelante. ¡Con mascarilla en la boca con manos desinfectadas y con distanciamiento colectivo, pero con manos laboriosas también!

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