domingo, 22 de mayo de 2016

LÍDER CRISTIANO: ¡NO DESATIENDAS TU HOGAR!

Hoy quiero exhortar a mis colegas pastores, ancianos, supervisores, misioneros, líderes de alabanza, diáconos y cualquier otro tipo de servidor eclesial y para-eclesial, recordándoles esto: Ningún ministerio cristiano que realicemos tiene sentido delante de Dios ni delante de la iglesia, si primero no gobernamos bien nuestra casa y nuestros hijos. 

El verdadero servicio ministerial, muy bien recibido por Jesús, es aquel que se fundamenta y se centra en la atención amorosa que tengamos por nuestro cónyuge, nuestros hijos y el resto de nuestros familiares cercanos, atención que posteriormente se expande a la grey de Dios, la iglesia, en forma de ministerios eclesiales o para-eclesiales. ¡No descuidemos nuestro hogar! El diablo está destruyendo a nuestros cónyuges y a nuestros hijos cuando pasamos más tiempo en el ministerio y menos tiempo en el hogar. Lo primero es Dios, luego es el hogar y luego el ministerio. No al revés. 

Las estadísticas nos dicen hoy en día que pastores, ancianos, diáconos, líderes de alabanza y otros siervos de Dios se están divorciando por causa del excesivo tiempo que ocupan en el ministerio mientras simultáneamente descuidan sus matrimonios. Pero lo más alarmante, es ver cómo los hijos de pastores, ancianos, diáconos, líderes de alabanza y otros servidores se están alejando de Dios y de la iglesia, tomando caminos equivocados con formas de drogas, pandillas, matrimonios con no-cristianos, depresión e incluso suicidio, todo por causa de tener padres ausentes que han descuidado su hogar por darle excesivo tiempo al ministerio cristiano. 

Es mejor abandonar un ministerio eclesial o para-eclesial (es decir, aquel que se realiza afuera de una congregación o en una organización cristiana) si nuestro hogar está sufriendo por causa de éste. Ser esposos y padres ejemplares dentro de nuestros hogares, gozando de nuestros cónyuges y nuestros hijos y ocupándonos de ellos como Cristo se ocupó de nosotros en la cruz del calvario, es nuestro primer ministerio y ¡nuestro ministerio principal! La iglesia junto con sus ministerios dados por el Espíritu Santo, se da a conocer al mundo a través de hogares cristianos sólidos. 

Pasemos tiempo con nuestros cónyuges y nuestros hijos, salgamos a comer juntos como familia, divirtámonos en el hogar juntos, hagamos cosas juntos (tareas académicas, domésticas, etc), sirvamos en la iglesia juntos como familia, salgamos a pasear juntos, platiquemos juntos, oremos juntos, ¡hagamos la vida juntos! Dios no quiere llaneros solitarios en el ministerio, Él quiere familias unidas sirviéndole. 

Recuerda lo que Dios dice en Su Palabra: 

Se dice del anciano (o supervisor u obispo): 

"...que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)". ~ 1 Timoteo 3:4-5 

Se dice de los diáconos (o cualquier servidor): 

"...sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas." ~ 1 Timoteo 3:12 

Se dice de un líder respecto a sus parientes: 

"Quien no cuida de sus parientes, y especialmente de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona es peor que quien nunca ha creído en Dios." ~ 1 Timoteo 5:8 (Traduccion en Lenguaje Actual) 

En el amor del Señor,
El esposo, el padre y el pastor, Karel Golcher

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