miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿QUÉ ES MISIÓN INTEGRAL, POR QUÉ SOY MISIONAL Y POR QUE TODOS LOS CRISTIANOS DEBERÍAMOS SER MISIONALES?

Para quienes me han preguntado qué es misión integral y por qué ésta es la propuesta práctica más elemental del ministerio que actualmente realizo y que ejemplifico para animar a otros a que la cumplan, he aquí les comparto algunos principios importantes acerca de la misión integral.
Esta es Comunidad Cristiana la Roca, la iglesia misional que se congrega en el patio de nuestra casa en la ciudad de Xela, Guatemala.
Debo empezar diciendo que hay personas en las iglesias que están haciendo misión integral pero que desconocen cuál es la denominada teología de la misión integral. De hecho, misión integral no es esencialmente una teología. Más bien, es una forma de buscar el cumplimiento del mandato de Jesús de hacer discípulos. El mandato no es "hagan teología". El mandato es "hagan discípulos", los cuales deben aprender a obedecer al Señor en todo. Jesús no mandó a sus discípulos a llenar templos, mandó a sus discípulos a "hacer discípulos". De esa forma, la misión integral (o la misión en sí) es básicamente una manera de explicitar en la vida práctica lo que significa hacer discípulos. Hay muchos cristianos que no tienen mucha teología pero están cumpliendo la misión porque están haciendo discípulos. ¡Alabamos al Señor Jesús por ellos!

La teología que emerge en el contexto del ministerio que el Señor nos ha encomendado como iglesia (y especialmente en el proceso de la plantación de nuevas congregaciones como la que actualmente estamos plantando en nuestra propia casa en Guatemala), es un intento por articular lo que significa ser misionales en la vida práctica. Primero surge el deseo de ser fieles al mandato de Jesucristo. Luego viene la reflexión sobre lo que eso significa. Los discípulos de Jesucristo obedecen sus mandamientos en un contexto determinado específico. ¿Cómo se relaciona el mandato a ese contexto? De esa pregunta viene la reflexión. La teología ilumina la misión y encamina el pensamiento cristiano de manera que haya coherencia entre lo que se dice y lo que se vive. Eso es misión integral. No hacemos separación entre lo secular y lo sagrado (teniendo claro que no estamos a favor ni consentimos el pecado que pueda habitar en lo secular) , ni entre la teoría y la praxis, más bien buscamos ser coherentes con la obediencia de la fe, tal como el apóstol Pablo lo resalta en la parte inicial y la parte final de su epístola a los Romanos (1:5; 16:26). La misión integral como teología tiene que ver con la obediencia de la fe. No es una teología ya terminada. Es una reflexión que busca ser congruente con el mandato de Jesucristo y con lo que significa la obediencia de la fe.

La reflexión y la práctica de la misión integral hablan de la justicia, de los pobres, de la necesidad de ser coherentes con la enseñanza bíblica respecto a la importancia que tienen las personas más vulnerables en la sociedad. De ahí que la misión integral a menudo habla de la opresión, porque los profetas y aun el mismo Jesucristo condenaron la opresión. La misión integral también habla del abuso de poder, de la avaricia, que son las causantes de las desigualdades en la sociedad (mayormente en nuestra sociedad latinoamericana). No es un invento nuestro como practicantes de la misión. Es una realidad que se retrata perfectamente en la enseñanza bíblica. La Biblia habla mucho de estas cosas. Y nosotros tratamos de ser coherentes y constantes con lo que enseña la Escritura. ¡Por eso somos misionales!

No aceptamos las propuestas marxistas de "creación de un reino de Dios sin Dios". Tomamos como punto de partida la revelación de Dios en Cristo Jesús explicada en el Nuevo Testamento con el trasfondo del Antiguo Testamento. Esa es nuestra base. De ahí partimos. Nosotros que creemos en la misión dada y revelada en la persona de Jesús y que nos esforzamos en practicarla, no queremos simplemente leer la Biblia separada de nuestro contexto, sino hacer de la Biblia nuestra praxis dentro de nuestro contexto. A partir de la revelación de Dios en Cristo Jesús tenemos una respuesta a las problemáticas más profundas de la sociedad. Los discípulos de Jesús tenemos que ceñirnos, ajustarnos, a esa respuesta que se nos da en el evangelio. Por eso nos planteamos estas preguntas: ¿Qué significa hacer discípulos en nuestro contexto? ¿Qué significa ser iglesia fiel al evangelio en nuestro contexto? Y al responder estas preguntas a conciencia encontramos y abrazamos una poderosa verdad: Más que estar interesados en la teología de la misión, nos interesa la obediencia de la fe, la práctica de la vida cristiana como testimonio vivo del poder del evangelio para transformar no solamente a individuos sino a comunidades. Hacemos exégesis de la Biblia y luego tratamos de ver cómo se aplica eso al contexto en que vivimos. Por eso la contextualización del mensaje bíblico es esencial. De esa forma cumplimos la misión que Jesús nos encomendó.

Una de las deficiencias en nuestra manera tradicional de concebir el evangelio tiene que ver con espiritualizar la fe, reducir todo a una conversión para ganar solamente las "almas" de las personas. Realmente no existe ninguna base bíblica para hablar de "salvar almas" solamente. Pero sí existe base bíblica para la trasformación del ser humano en su totalidad: Alma, cuerpo y espíritu transformados por el poder de Dios para una nueva vida, una vida que honre a Dios tanto en la era presente como en la eternidad con Cristo para los que han creído en Él. La misión de la iglesia es anunciar el evangelio de salvación en Cristo Jesús, evangelio que salva no sólo el alma y no sólo de la condenación eterna infernal, sino evangelio que salva también la mente, el cuerpo, el espíritu, los hábitos, las costumbres, el vocabulario, el matrimonio, la familia y tantas áreas de nuestra vida que necesitan la ayuda de Dios. La misión es integral porque la salvación ofrecida en dicha misión también lo es, una salvación que en Cristo nos hace gozar de vida abundante en la tierra y vida eterna en el cielo. Hacer discípulos es anunciar y vivir la transformación integral de nuestro ser que hemos experimentado por nuestra fe genuina en Cristo, a fin de que otros también sean transformados desde ahora y hasta la eternidad mediante su fe y obediencia a Él. ¡Esa es la misión de la iglesia!

Dios use nuestras vidas para el cumplimiento de la misión dada por Jesús.

En Su r
eposo,
Karel Golcher, siervo de Jesucristo
Pastor de Comunidad Cristiana la Roca en Xela (Guatemala)

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