jueves, 23 de febrero de 2012

LA KÉNOSIS (auto-despojo) DE CRISTO: ¿De qué se auto-despojo Cristo?


Las distintas discusiones acerca de la kénosis están basadas en la interpretación de Filipenses 2:7, “(Él) se despojó [ griego ekenosen ] a sí mismo”. La pregunta que muchos se formulan es: ¿De qué se despojó Cristo? Los teólogos liberales han sugerido que Cristo se despojó de su deidad, pero si observamos su vida y ministerio, vemos que Jesús utilizó su deidad en distintas ocasiones. Dos puntos importantes son resaltados aquí: Primero, “Cristo se despojó meramente del ejercicio independiente de algunos de sus atributos transitivos o relativos. Él no dejó de lado los atributos absolutos ni inmanentes en ningún sentido; siempre fue perfectamente santo, justo, misericordioso, veraz y fiel”. Esta declaración tiene mérito y provee una solución a pasajes problemáticos tales como Mateo 24:36. La palabra clave en esta definición es “independiente”, ya que Jesús en muchas ocasiones revela Sus atributos relativos. Y segundo, Cristo tomó para sí mismo una naturaleza adicional. El contexto de Filipenses 2:7 proporciona la mejor solución al problema de la kénosis. El despojarse no consistió en una sustracción, sino en una adición. Las siguientes cuatro frases (Fil. 2.7–8) explican el despojo: “(1) tomando la forma de siervo, (2) se hizo semejante a los hombres; y (3) estando en la condición de hombre, (4) se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte”. El “despojo” de Cristo tomó una naturaleza adicional, una naturaleza humana con sus limitaciones; sin embargo, su deidad nunca fue dejada a un lado.

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