domingo, 30 de diciembre de 2007

RESPLANDORES EN LA OSCURIDAD: Diez luminarias para pastores fatigados

Elías, asustado, salió corriendo de delante de una mujer justo después de haber sido uno de los más grandes instrumentos en la historia de la redención. Pedro, después de la resurrección y posterior aparición de Jesús, dijo: “Voy a pescar” (Jn.21:3), y los otros discípulos también se fueron a pescar con él. A veces yo he hecho lo mismo… y tú quizás también… ¿no es así? La mayoría de los cristianos tenemos problemas de vez en cuando con la depresión, o deseamos escapar de la presión. Y como pastores de la grey de Dios no estamos lejos del agotamiento y del anhelo de abandonarlo todo. Ha entrado más de una vez en mi mente el deseo de tirar la toalla, de volver a una vida donde no recibiría algún tipo de crítica casi a diario y en la cual no tendría el peso de tratar de ayudar a cambiar a gente que no quiere hacerlo. De esta forma, podría ir a la iglesia los domingos sin el peso de representar a Dios ante los hombres, y no cargaría con la responsabilidad de que cuando algo saliera mal se me culpara por mi falta de planificación, etcétera. Incluso Jesús tuvo que enfrentar la angustia profunda y el deseo de no llevar a cabo la obra que tenía por delante. Cristo deseaba evitar la cruz y el sufrimiento. Esto nos muestra que no hay pecado en tener esa clase de conflictos dentro de nosotros. Sólo pecamos cuando finalmente no hacemos lo que es la voluntad de Dios.

Quiero compartirles varios conceptos que me han ayudado en momentos difíciles, los cuales son como “Resplandores en la oscuridad”:

1. “Nunca dudes en la oscuridad de lo que has visto en la luz”. Este consejo me ha salvado de muchos errores en momentos oscuros de mi vida. Cuando el piloto de un avión está en las nubes y no puede ver la luz del día, es cuando más tiene que confiar en sus instrumentos de vuelo y obedecerlos.

2. Hay que escoger entre ser dinámico o ser estático (superar o ser superado). “Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás en la espesura del Jordán?” (Jer.12:5). Dios quiere desarrollarnos, hacernos más fuertes, y para ello utiliza dificultades que nos llevan hasta nuestro límite y un poco más allá. Así es como crecemos, aunque nos duela.

3. Nunca hay que tomar decisiones cuando se está cansado, enojado, enfermo o resentido. Creo que Elías escapó porque estaba muy cansado y no había comido en todo el día. Por eso Dios le dio comida y descanso antes de hablar largamente con él. En varias oportunidades aconsejé a líderes cristianos que deseaban tirar la toalla en momentos en que estaban totalmente fatigados. Les dije que se tomaran uno o dos días para descansar. Luego, ellos mismos fueron capaces de ver la situación con más claridad y fuerza. Es muy fácil acumular cansancio cuando estamos en el ministerio. Hay tantas cosas que ocurren justo en los momentos menos apropiados… ¿Cuándo te llamaron con anticipación para que pudieras anotar en tu agenda el día y la hora de la muerte de alguno de los hermanos de la iglesia y reservar el tiempo para su funeral? El pastor lleva una vida muy agitada y constantemente se prestan situaciones que requieren su atención. No por nada Jesús se apartaba regularmente para descansar y orar.

4. Edificar gente requiere tiempo y mucha ¡paciencia! Jesús también tuvo problemas con sus discípulos. En una ocasión en que me sentí desilusionado de mi ministerio, porque algunos de mis discípulos habían fracasado en varias áreas, me puse a estudiar el libro de Mateo. De repente empecé a ver que los discípulos de Jesús lo habían abandonado unas cuantas veces, que peleaban a menudo entre ellos, que discutían con el mismo Jesús, que eran lentos para entender… Igual que los hombres con los que yo había estado trabajando. Si Jesús, que era perfecto, lleno de gracia y sabiduría, tuvo dificultades en formar hombres, ¡hay esperanza para mí!

5. No debes prestar atención a todo. “Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti; porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces” (Ec.7:21, 22). Cuando las personas están molestas, enojadas, sometidas a pruebas, etcétera, dicen muchas cosas que realmente no sienten ni dirían en ocasiones normales… como también lo has hecho tú. Aprende a no escuchar ni aplicar tu corazón en estas cosas, porque sólo te harán mal.

6. Tenemos que perdonarnos a nosotros mismos. Todos nosotros cometemos errores y necesitamos reconocer que hemos “metido la pata”, arrepentirnos y aceptar el perdón de Dios. Un ministerio no termina necesariamente porque hayamos errado o fracasado, sino cuando nos rehusamos a confesar nuestro error y cambiar nuestra conducta. David se equivocó seriamente cuando tomó para sí la mujer que no era de él, pero terminó siendo uno de los hombres que más respetamos. Casi no hay hombre de Dios realmente famoso que no hayan cometido errores serios. La clave está en Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.

7. “Mientras más oscuro está el cielo, más estrellas podemos ver.” Algunas de las verdades más profundas que he adquirido en mi vida espiritual, las aprendí en las circunstancias más difíciles (¡y vaya que las sigo aprendiendo!). Fue en un momento muy oscuro de mi vida, en que me habían atacado y criticado falsamente, que entendí en parte cómo se sintió Jesús cuando fue traicionado. Muchos de los salmos más hermosos surgieron de los momentos difíciles en la vida de David. Pablo, en 2 Corintios capítulo 1, habla de cómo aprendió a confiar en Dios que resucita a los muertos, en el momento en que perdió la esperanza para vivir.

8. Es necesario aprender a escuchar y cambiar. Generalmente, nuestros verdaderos amigos nos hacen ver nuestros errores, y nuestros enemigos los exageran. Pude aprender valiosas lecciones de las personas que me habían criticado, cuando fui capaz de escucharlas y de desechar sus exageraciones. También he escuchado muchos buenos consejos de gente que está interesada en mi bienestar. Pero confieso que me costó mucho aprender a escuchar. En repetidas ocasiones un amigo me decía: “Escucha y cambia”. Él siempre me repetía: “Si dejas un clavo suelto en la pared, el diablo pronto colgará un cuadro en él. Necesitamos sacar todos los clavos que están mal puestos en nuestras paredes para no darle lugar al diablo.” ¡Qué tremendo consejo! Si queremos cambiar algunas cosas que ya no nos funcionan en nuestra vida, es necesario escuchar a otros que tengan la habilidad de decirnos la verdad sin prejuicios.

9. Hay que sufrir con gracia. Todos los siervos de Jesús han sido llamados a sufrir, y de eso no podemos escapar. Pero lo que sí depende de nosotros es la manera en que sufrimos. “Pues, ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente…” (1 Pe.2:20-23). En muchos casos de la historia, los cristianos han demostrado tener autoridad espiritual por la forma en que han sufrido. Mientras más oscura es la situación, más brilla la luz. En cambio, hay otros que han perdido su autoridad en la prueba, porque se metieron en enredos pecaminosos que les hizo sufrir. Que nuestro sufrimiento sea con y por la gracia de Dios, por la causa de Cristo, y no por nuestras causas, ni mucho menos por las causas egoístas de otros (eso no significa que no podamos sufrir por el dolor de otros).

10. Después de la tormenta sale el sol. “Porque Tú nos probaste, oh Dios, nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; pusiste en nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia” (Sal.66:10-12). Mientras más intensa ha sido la tormenta, más limpio es el aire y con más firmeza brilla el sol. Dios nos refina de esa manera y, cuando le hemos respondido, nos lleva a un lugar de abundancia. Cuando mayor es lo que Satanás va a perder en la batalla, más grande es ésta. No dejemos que el mal nos derrote. Tenemos que vencer al mal con el bien. Hagamos a un lado la fatiga y los temores, y sigamos fieles hasta la muerte a Aquel que nunca renunció, sino que murió por nosotros.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

PAÍSES DEL SUR AUMENTAN SU POBREZA DEBIDO AL CAMBIO CLIMÁTICO

RSC (Responsabilidad Social Corporativa): "El Cambio climático tiene a dos tercios de la población Mundial "con el agua al cuello", según las ONG."

Diario El Mundo, España: "El Cambio climático acaba con el sueño de la ONU de reducir la pobreza para el año 2015"

Mateo 19:21: "Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme."


Una vez más he sido presa de mi dolor y coraje cuando me entero de noticias tan dramáticas como esta. A veces los desastres naturales súbitos como los terremotos, sunamis o huracanes nos dejan exhaustos en nuestro intento de querer socorrer a las miles de víctimas que sufren tales catástrofes. Pero la crisis se aguda cuando al desastre natural se le suma la pobreza que por diversas razones millones de co-habitantes del globo padecen.


El "Diario de León" de España publicó hoy (miércoles, 12 de diciembre de 2007), en su edición electrónica, el resultado de los informes de algunas de las ONG's más involucradas en el desarrollo humanitario alrededor del mundo, el cual revela la paupérrima realidad en la que viven los más pobres del planeta:

Cambio climático y pobreza forman una ecuación perversa de difícil solución. El calentamiento planetario inducido por el modelo de desarrollo de los países ricos lo pagarán doblemente los países pobres; como víctimas de los efectos catastróficos de la crisis climática y de unos Objetivos del Milenio contra el hambre y la miseria condenados ya a quedar en agua de borrajas. Informes elaborados por Greenpeace, Intermón Oxfam, Ayuda en Acción, Amigos de la Tierra, SEO/BirdLife, WWF/Adena y World Vision denuncian que el cambio climático puede incluso revertir los logros del desarrollo humano alcanzados hasta el momento.

Hoy empieza en Bali la reunión de alto nivel en la Conferencia de la ONU sobre cambio climático, y las ONG exigen que los países industrializados establezcan un mandato vinculante, con acuerdos significativos para el segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, y financien la adaptación de los más empobrecidos al impacto que el calentamiento glo
bal está generando. Algunas estimaciones cifran el coste de esa adaptación en unos 50.000 millones de dólares anuales. Los subsidios de los países de la OCDE para sus industrias nacionales de carbón y petróleo alcanzaron los 73.000 millones de dólares al año a finales de los noventa.


Los informes «Con el agua al cuello» recuerdan que el cambio climático hará peligrar la producción de alimentos, los suministros de agua, la salud pública y los medios de subsistencia en los países del Sur. El número de personas en el África subsahariana que subsiste con menos de un dólar al día se ha duplicado desde 1981, hasta llegar a los 313 millones de personas en 2001, un 46% de la población.

África:

El continente africano es la región más pobre del mundo y por lo tanto la más vulnerable a los impactos del cambio climático. El 70% de la población trabajadora vive de la agricultura, seriamente amenazada por las sequías y las inundaciones frecuentes. Desde 2001, períodos consecutivos de sequía han provocado graves dificultades alimentarias en África del Sur. El 33% de la población sufre malnutrición, proporción que sube al 55% en África Central.

¿Seguiremos los cristianos construyendo castillos en el aire? ¿A cuántos hambrientos y desposeídos de bienes socorrió nuestra iglesia evangélica local ayer, antes de que se publicase este informe?

Pequeñas, medianas y Mega iglesias que predican una espiritualizada prosperidad, que invierten sus millones de dólares en su comodidad, pregunto: ¿Han construido sus más lujosos edificios y fortificado sus más grandes sistemas tecnológicos para crear un ambiente de "real presencia de Dios" dentro de sus templos, con el dinero que les ha sobrado después de haber invertido con prioridad otro buen puñado de millones de dólares en los más miserables del mundo y, ante todo, en los hambrientos que viven en los barrios circunvecinos?

Yo lo diría así: "El que tenga oídos, oiga," y el que goce de vista "no se haga el ciego".

Proverbios 14:21 nos recuerda:
Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.